Nuestra historia

Orígenes de la Iglesia Evangélica Española

A finales del siglo XVIII y principios del XIX se da una fuerte expansión de las misiones protestantes, favorecida por la revolución industrial naciente. La Iglesia Evangélica Española, cuyas fuentes remontan a la Reforma del siglo XVI, echa sus raíces en el trabajo misionero que nace en el seno de los pietismos del s. XVIII y se inspira de ellos.

La Iglesia Evangélica Española se define a si misma como una “comunión de congregaciones” integradas progresivamente desde 1869 hasta 1955. Todas ellas se han dotado de una confesión de fe común, y desarrollan su testimonio y misión bajo una estructura sinodal. A lo largo del s. XIX se consolida como una unión de comunidades con estructura sinodal.

Estas congregaciones vienen de diferentes tradiciones protestantes tomadas de aquellas misiones extranjeras que impulsaron su establecimiento a lo largo de la primera mitad del siglo XIX (reformadas, presbiterianas, luteranas, metodistas, congregacionalistas) y su crecimiento a partir de 1868, con el triunfo de la Revolución Liberal. El núcleo original lo forman congregaciones nacidas en medio de la intolerancia y en la clandestinidad, fundadas como fruto de la labor y el ministerio de pastores tales como Antonio Vallespinosa (1833 – 1997), el catalán Francisco de Paula Ruet (1826-1878), el andaluz, Manuel Matamoros (1834 – 1866), el alicantino Juan Bautista Cabrera (1837 – 1916), el catalán Francisco Albricias (1856 – 1934) todos ellos conocieron persecución y exilio, en Gibraltar y en otros países europeos, recibiendo en ellos la formación teológica que les capacitó para el desarrollo de su misión y ministerio.

En 1869, en Sevilla, se reúne una asamblea general formada por delegados de distintas congregaciones entonces existentes en el territorio español y crean la Iglesia Reformada Española, que en 1872 adopta el sistema presbiteriano tomando el nombre de Iglesia Cristiana Española.

Federico Fliedner, primer misionero alemán que viene a España, llega en el año 1869, apoyado por la Obra de las Diaconisas de Kaiserswerth, fundada por su padre, Teodoro, en 1828. Con la creación de escuelas, centros de atención a los más necesitados, librerías, Fliedner es el fundador de una obra social vinculada a la Iglesia Evangélica Española. La Fundación que hoy lleva su nombre, fiel a su talante, desarrolla su misión de enseñanza, de formación teológica, acción social y cultural al servicio del protestantismo español en particular y la sociedad española en general.

En 1886 se celebra en Madrid la X Asamblea de la Iglesia Cristiana Española formada por representantes de sus comunidades en Madrid, Sevilla, Córdoba, Granada, Jerez, Isla de San Fernando, Málaga, Reus, Camuñas, Mocejón, Cartagena, Cádiz, y Huelva, y las misiones de Utrera y Villafranca de Córdoba, todas ellas de tradición presbiteriana. La Unión Ibero-Evangélica, que agrupaba congregaciones de tipo congregacionalista en Santander, Bilbao, San Sebastián, Logroño, Pradejón y Zaragoza, con varias misiones, decidió unirse a la Iglesia Cristiana Española que, con este motivo, cambió provisionalmente su nombre por el de Iglesia Evangélica Española, adoptando, también provisionalmente como bases la confesión de fe y la disciplina de la Iglesia Cristiana Española. Este grupo de congregaciones constituido a partir del ministerio desarrollado por los hermanos Thomas y William Gulick sostenidos por la American Board, de tradición congregacionalista. A estas congregaciones se unieron las comunidades que surgieron como resultado de la Misión del Alto Aragón, desarrollada por el pastor francés Albert Cadier, entre 1906 y 1911. En 1901, Alice Gordon Gulick funda el Instituto Internacional, en Madrid, institución dedicada a la promoción de la educación y la emancipación social de la mujer. Dicho instituto se desarrolló paralelamente a la Institución Libre de Enseñanza (1876) que propugnaba la libertad de cátedra y una enseñanza no sometida a los dogmas oficiales en religión, política, o moral.

En 1955 la Iglesia Metodista Española decide unirse a la Iglesia Evangélica Española, para lo cual el Sínodo de 1954 aprueba una versión revisada de su Confesión de fe y de su reglamento. La Iglesia Metodista aporta a la iglesia unida sus comunidades en Cataluña y en las Islas Baleares. La Iglesia Metodista había llegado a Cataluña y Baleares en 1869, creando su primera comunidad el 1º de septiembre de 1871. Fueron misioneros ingleses los que realizaron los primeros trabajos de evangelización, cabe destacar a William T. Brown, fundador de las primeras escuelas y comunidades entre 1869 y 1874, y los reverendos Franklin G. Smith entre 1888 y 1916, y William Lord entre 1916 y 1924;.pero muy pronto fueron seguidos por obreros españoles que establecieron nuevas escuelas e iglesias. En el momento de la unión, la aportación metodista fue en Cataluña de las comunidades antiguas de Barcelona, y Rubí, a las que se añadieron posteriormente las nuevas comunidades de l’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet y La Llagosta. En las Baleares ingresaron en la IEE las iglesias de Palma de Mallorca, Capdepera, Mahón , Es Castell y misiones. Esto hizo que la IEE, que estaba muy poco representada en Cataluña y Baleares, recibiera ahora un fuerte impulso. También la Iglesia Metodista (USA) sostuvo varias iglesias y colegios en España antes de la guerra civil, entre ellas las comunidades de Alicante, con su muy conocida Escuela Modelo, y Sevilla.

La Iglesia Evangélica Española, como iglesia unida, pertenece a dos de las grandes familias protestantes, agrupadas hoy en sendos organismos: la Alianza Reformada Mundial y El Consejo Mundial Metodista, es miembro del Consejo Mundial de Iglesias desde su fundación en 1948. Su presente se enriquece de las corrientes teológicas del pasado. Es el resultado de los mejores materiales que cada una de ellas ha ido dejando a la Iglesia a largo de la Historia.

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